domingo, 6 de diciembre de 2009

El País de las Maravillas

(...) - Creo que podrían emplear mejor el tiempo -dijo-, y no perderlo en acertijos sin solución.

- Si conocieras el Tiempo como yo -dijo el Sombrerero-, no hablarías de emplearlo o perderlo. Él es muy suyo (...) El Tiempo no soporta que lo marquen ni que lo clasifiquen. En cambio, si estuvieras con él en buenos tratos, haría casi todo lo que tu quisieras con el reloj. Por ejemplo, imagínate que fueran las ocho de la mañana, justo antes de empezar la clase: bastaría una simple insinuación tuya, ¡y el reloj giraría en un santiamén!



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